lunes, 23 de mayo de 2016

"ATAQUE DE OMNIPOTENCIA" Cuento breve de Patricia Hart /Teatro y Neurociencias

ATAQUE DE OMNIPOTENCIA
Cuento breve de  Patricia Hart
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Teatro y Neurociencias
 
"ATAQUE DE OMNIPOTENCIA" Cuento breve de Patricia Hart / Teatro y Neurociencias

Hasta ese día los instantes previos a conciliar el sueño le deparaban una complacencia inconmensurable.
Generalmente no se acostaba para dormir. Lo hacía para extasiarse en el proceso de  transformación de las imágenes que se le presentaban. Intentaba prolongar hasta el infinito ese estado hipnagógico. Que después se durmiera, bueno, eso era otra cosa. Diríamos, una consecuencia. Y lo cierto es que dormía plácidamente.
Diariamente la cuestión se sucedía de la siguiente manera: una vez que cerraba los ojos aparecía una imagen, generalmente un rostro que se perfilaba lentamente y como en una película ocupaba todo el cuadro. De pronto algún detalle cobraba preponderancia y pasaba a un primer plano. Cuando estaba por darle nombre ¡zas! comenzaba a desvanecerse,  trasmutaba en mejilla o ceja o labios o frente o lo que sea. El placer y la belleza residían en el devenir de las formas, en la mudanza de los estados, en la sucesión azarosa de figuras.
Pero ese día, o mejor dicho esa noche, la imagen de un personaje de larga cabellera y bigotes, de pie sobre una pequeña plataforma suspendida en el aire apareció con la clara intención de quedarse. De su torso achatado como un acordeón le colgaban unas manos enormes. Con una de ellas señaló a una multitud inexistente,  levantó la cabeza y habló con voz cansada, intercalando suspiros:
--- “A veces pienso que sólo existo para determinar qué forma de existencia tiene lo que no soy yo. Éste existe muerto, éste existe recién nacido. Nada existió antes de mí porque con nada se podía cotejar. Yo le doy a cada uno la identidad única entre millones, la posibilidad de ser cosas, seres o personas. ¡Miren el cielo! Está, porque yo lo veo para ustedes. He creado las rutas de esta ciudad para que puedan transitarlas hacia mí, y encontrarme, deseosos de ser cada uno a través mío. Descansen, que yo pienso por ustedes. Duerman, yo custodio vuestro sueño. Yo soy Dios.”
           

A partir de ese día, o mejor dicho de esa noche sufre de insomnio.

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